‘La philosophie est l’art de former, d’inventer, de fabriquer des concepts’ (Deleuze and Guatari, 1991)
Observando la historia reciente del Reino Unido y también de los Estados Unidos, podemos conlcuir que las humanidades y en particular la filosofía enfrentan números decrecientes en cuanto al aporte económico que los consejos de investigación realizan en dichas áreas académicas. Olson y Worsham (2000) han explicado que el problema de fondo es una suerte de ‘anti-intelectualismo’ que proviene de críticas que académicos de áreas diferentes a las humanidades realizan sobre el estudio de la condición humana. Junto con ello, algunos investigadores han notado que la llamada ciencia con ‘S’ mayúscula, ha ganado mas y mas influencia sobre otras disciplinas en los últimos años (Brown, 2004). El texto que Casper Bruun Jensen ha escrito provee algunas buenas nuevas en este oscuro escenario. El volumen se ubica en el extenso y variado grupo usualmente denominado Estudios de la Ciencia y la Tecnología –STS por sus siglas en ingles y ofrece ejemplos convincentes de cómo los investigadores pueden avanzar sobre la construcción de nuevos espacios de experimentación metodológica y teórica, en particular a través del estudio de objetos tales como los ‘registros electrónicos del paciente’ –ERP, Electronic Patient Record.
Un concepto fundamental en el trabajo analítico de Jensen es la noción de “disposición performativa”. Con “performativo” se refiere a tomar en serio los efectos que los investigadores tienen sobre su/s objeto/s de estudio y se inspira en la teoría del actor-red y su énfasis en el carácter realizativo (y no sólo descriptivo) de las prácticas de investigación. El concepto de “disposición”, por otro lado, amerita cierta clarificación. En este caso, nos encontramos frente al concepto filosófico de disposición en cuanto a tendencia o propensión. Un ejemplo que puede ayudarnos a entenderlo mejor es la ‘disposición’ que tiene un vaso de cristal a romperse en pedazos cuando es golpeado. Esta disposición (a ser quebrado), por una parte, es una propiedad real, similar a otros vasos, jarrones chinos, y muchos otros objetos frágiles. Por otra, comparando esta propiedad con otras tales como el tamaño o la forma, la disposición a quebrarse parece bastante más misteriosa o etérea. Esto porque tiene que ver solo con una posibilidad en unas determinadas circunstancias. Como corolario, no debemos definir nada respecto del comportamiento actual del objeto para incluir las disposiciones que estos encierran.
Con su disposición performativa Jensen realiza una llamada fuerte por una investigación que se funda en una ontología simétrica, donde la epistemología colapse en la ontología y ‘observar y representar’ no sean diferentes a ‘intervenir y construir’. Este es el motivo por el cual Jensen sugiere que cuando el investigador o analista produce descripciones o análisis agrega un nuevo elemento de complejidad al entramado de asociaciones que producen las conexiones entre humanos y no-humanos. En efecto, siguiendo esta línea, podríamos caracterizar un proyecto de investigación en los términos de dicha mixtura. Se sigue también que el trabajo de describir es una forma prominente en la cual el investigador actúa. Este punto es explicado con detalle en el capitulo siete del texto, donde Jensen expande y critica ciertos llamados imperativos en el mundo de los STS a ‘ser real’, ‘ser útil’, o directamente a intervenir no solo en los estudios que son realizados sino en el mundo como un todo. Podemos ver esos llamados como instancias que intentan, a partir de aproximaciones normativas, ‘reparar’ las fallas que acercamientos más bien descriptivos han ofrecido al estudio de la tecnología. Sin embargo, desde un abordaje que utiliza una disposición performativa, la intervención se encuentra presente aun cuando realizamos descripción y análisis de un problema. Aun mas, lo que el autor busca problematizar es la idea de que una teoría o una metodología dada pueda ser intrínsecamente más útil que otra en lo que se refiere a intervención. En ese sentido, la aproximación de Jensen a lo que podríamos llamar critica involucra el análisis persistente, de parte del investigador, de todos aquellos procesos mediante los cuales las premisas fundamentales de su área de investigación son ‘construidos y reconstruidos’ y como ese proceso se reconecta con el fenómeno que se encuentra estudiando (Brown and Stenner, 2009: 4).
Esta problematización de los conceptos y teorías podría ser utilizada como un escudo a lo que Bal et al. (2003) han llamado el imperativo actual de ser ‘practico’ y ‘real’. Estas urgencias que vienen directamente desde las autoridades que financian nuestros proyectos de investigación son parte del complejo puzle que los investigadores de las humanidades y las ciencias sociales se encuentran enfrentando crecientemente. En tiempos de reducción de costos, parece interesante y fértil investigar acerca de conceptos fundacionales como es por ejemplo la noción de ‘valor’. Es aquí donde los investigadores pueden abordar la complejidad del concepto usando por ejemplo métodos genealógicos para descubrir y describir la pluralidad del concepto versus la singularidad de, digamos, un punto puramente económico. Aun mas, el trabajo filosófico puede ayudar definitivamente en esta actividad ofreciendo una tiplimirada desde la multiplicidad que dichos conceptos incluyen. Esta aproximación recibe una herencia desde la línea filosófica que proviene desde Bergson hasta Deleuze.
Como Smith y Protevi (2008) han explicado, para Deleuze, el concepto de ‘multiplicidad’ indica lo múltiple como un sustantivo y no como un predicado. Como resultante de ello, Deleuze evita así el problema de ‘la unidad y la pluralidad’ –es decir, una cosa es unidad o múltiple, múltiple y unidad, etc.- Por ello, la clasificación de múltiple como un sustantivo elude la cuestión y realizando la interrogante por los tipos de multiplicidades. Con este recurso, Deleuze reemplaza la oposición dialéctica de la unidad y lo múltiple por una diferencia tipológica substantiva. En esta línea, Jensen presenta algunos interesantes ejemplos de diferencias tipológicas en el análisis de conceptos tales como ‘utilidad’ y “intervención’ afirmando que estas expresiones ofrecen una diversidad de denotaciones y prácticas. Estos son algunos de los ejemplos sobre los que Jensen ofrece luces de cómo realizar compromisos entre las humanidades –ejemplificada con la filosofía- y el trabajo empírico –ejemplificado con los estudios sociales de la ciencia y tecnología.
Aun cuando la disposicion performativa de Jensen ofrece interesantes avenidas para un trabajo conjunto entre humanidades y ciencias sociales, no podemos olvidar que la performatividad y en particular las aproximaciones actor-red han sido sujetos de una crítica desde que fueron formuladas. Podemos recordar aquí, por ejemplo, las discusiones acerca de actores no-humanos y humanos entre, por una parte, autores como Latour, Woolgar y Callon, que defendían una posición no-humanista y no dualista a partir del principio de simetría generalizado, y, por otra parte, Collins y Yearly, desde una posición humanista y dualista. Este viejo problema se encuentra aun en el centro de la disposición performativa de Jensen. Esto porque su aproximación demanda una comprensión compleja de la relación entre humanos y no humanos. Lo anterior queda particularmente claro cuando se estudian desarrollos tecnológicos, que siguiendo tal disposición, son las prácticas organizacionales y las técnicas que se amalgaman en un proceso hibrido como el de los Registros Electrónicos de Pacientes.
Por cierto que el debate –textos más textos menos- prosigue hasta el día de hoy. Es así como encontramos críticas a las aproximaciones basadas en la teoría del actor-red que avanzan sobre dicha línea, como los de Susan Lee Star (1991) y Nick Lee y Steven Brown (1994). Estos últimos, ofrecen una de las críticas que ha perdurado en el tiempo y que ha dado origen –entre otros autores- a los llamadas literaturas post actor-red (Jensen, 2010). En dicho artículo, Lee y Brown explican como el éxito del principio generalizado de simetría trae el costo de una explicación totalitaria acerca de todo. Por ello, no deja lugar para ningún ‘otro’. Ese es el riesgo que los autores llaman de la ‘colonización del otro’, donde ‘otro’ por cierto es comprendido como un término plástico que indica todas aquellas entidades que se convierten en un problema en proyectos de carácter expansionista. Jensen no contesta a esta crítica en este trabajo. Sin embargo, junto a otro colaborador (Gad y Jensen, 2010) ha realizado un llamado potente por las aproximaciones post actor-red en donde varias de las distinciones tradicionales de este enfoque –por ejemplo respecto de cómo tratar las distinciones entre humanos y no-humanos- no deben ser suspendidas o reconfiguradas de una vez y para siempre. En consecuencia, en la medida que la investigación sea realizada desde una disposición performativa, los investigadores estarán obligados a mantener en sus manos las complejidades que ese tipo de análisis trae consigo. Por lo tanto, es importante que las aproximaciones basadas en la t. del actor-red no se transformen en formas naturalizadas y rígidas de pensar. Aun mas, existe una necesidad de matizar el análisis acerca de los cambios y estabilizaciones que se observan en el mundo, proceso que Jensen llama ‘ontología práctica’ (concepto que no es nada más ni menos que la consiente aplicación de una disposición performativa en el estudio de la tecnología y objetos relacionados).
Aunque el movimiento hacia el análisis de la ontología práctica ofrece un potencial interesante para la mixtura de las ciencias sociales y de la filosofía, esta exploración empírico-conceptual no se encuentra libre de dificultades y problemas. De hecho, siguiendo a Jensen, lo que como investigadores deberíamos hacer es suspender la separación a priori, que se encuentran en el centro de la auto comprensión de las disciplinas citadas, entre las categorías descriptivas/conceptuales o empírica/teóricas. Esto sitúa acá una nota de advertencia, tal como antes había explicado Brown (2010: 109), quien comenta que ‘en ningún punto Deleuze ofrece una determinación positiva de lo que ciencias sociales puede significar en la práctica’. Es por ello que el compromiso entre la filosofía de la diferencia y la multiplicidad y las ciencias sociales debe ser formulado desde el ‘correcto’ plano de las ciencias sociales, plano que aun necesita ser discutido y ser descubierto.
En suma, sin lugar a dudas este texto muestra que la llamada disposición performativa presentada ofrece recursos que pueden generar acuerdos interesantes entre las humanidades –representadas en el texto por la filosofía, la antropología y menormente por la crítica literaria- y las ciencias sociales. En el texto es posible encontrar además una descripción detallada (aunque no discutida en este post) de los problemas específicos del estudio de los registros electrónicos de pacientes en hospitales; así como también las formas de concebir dichos sistemas, de interpretarlos y de entender los problemas que atañen a su implementación, desarrollo y estandarización. Esta práctica es lucida durante todo el texto. El texto, podríamos decir, es un fiel representante del proyecto que el autor llama a desarrollar, donde los estudios de la ciencia y tecnología se transforman en un interesante espacio para el desarrollo de ‘experimentación conceptual basada en observaciones empíricas’ (Jensen, 2004:250). Ese es el preciso lugar que el autor de ‘Ontologies for Developing Things’ nos invita a degustar y recorrer. El texto nos muestra la riqueza que ofrecen los estudios de la ciencia y tecnología y el espacio de posibilidades que abren para el estudio de las humanidades.
REFERENCIAS
Bal, R., Hendriks, R. and Bijker, W. 2004: ““Get real!” From Scholarly Work to Recommendations: Sailing between Scylla and Charibdis” Paper presented at the 4S / EASST, August 2004, MINES ParisTech école des mines de Paris, Paris.
Brown, S.D. 2004: “As if Bergson had an MBA”, Paper for one day seminar ‘Does STS mean business’, Said Business School, Oxford. Available at: http://www.sbs.ox.ac.uk/NR/rdonlyres/DFfAf36C-F691-4056-BD7C-ADB610F9B2C3/899/stsbusbrown.pdf
Brown, S.D. 2010: “Between the Planes: Deleuze and Social Sciences” in Jensen, C.B. and Rödje, K. Deleuzian intersections: science, technology, anthropology. Frankfurt: Berghahn Books.
Brown, S.D. and Stenner, P. 2009: Psychology without foundations: History, philosophy and psychosocial theory. London: Sage
Deleuze, G. and Guattari, F. 1991: Qu’est-ce que la philosophie?. Paris: Minuit. Translated as What is Philosophy? by Hugh Tomlinson and Graham Burchell. New York: Columbia University Press, 1994.
Gad, C. and Jensen, CB. 2010: “On the Consequences of Post-ANT”. Science, Technology, & Human Values, (35) 1, 55-80.
Jensen, C.B. 2010: Ontologies for Developing Things: Making Health Care Futures Through Technology, Netherland: Sense Publishers.
Jensen, C.B. 2004: Experimental Devices – Studies in STS and Electronic Patient Records, Thesis, (PhD) Aarhus Universitet
Lee, N. and Brown, S.D. 1994: “Otherness and the Actor Network: The undiscovered continent”. American Behavioral Scientist. 37(6), 772-790.
Olson, G. and Worsham, L., 2000: “Changing the Subject: Judith Butler’s Politics of Radical Resignification’, interview with Judith Butler, JAC, 20 (4 ), 727–65
Smith, D. and Protevi, J., “Gilles Deleuze”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2008 Edition), Edward N. Zalta (ed.). . Available at: http://plato.stanford.edu/archives/fall2008/entries/deleuze/
Star, S.L. 1991: Power, technology and the phenomenology of conventions: on being allergic to onions, pages 26–56. Routledge, London.