Nuevo libro. PRODUCIENDO LO SOCIAL: Usos de las ciencias sociales en el Chile reciente.

PRODUCIENDO LO SOCIAL: Usos de las ciencias sociales en el Chile reciente. Tomás Ariztía (editor) 2012, Santiago, Ediciones UDP, 350 páginas.

Buena parte de las formas en que ordenamos, clasificamos y evaluamos el mundo social guarda algún tipo de vínculo con las ciencias sociales. Ejemplos hay muchos y de diversas naturalezas: la política y su creciente dependencia de las encuestas, la inseparable relación entre la disciplina económica y la producción de mercados, los relatos colectivos que crean y hacen circular los cientistas sociales en los medios de comunicación. En fin: las ciencias sociales, lejos de estar aisladas en una torre de cristal, son actores principales en el ensamblaje de las sociedades contemporáneas.

El tema central de este libro son los usos de las ciencias sociales en el Chile reciente. Los trabajos que lo integran examinan desde distintos ángulos el modo en que tales ciencias han contribuido a producir este país en los últimos años. Exploran así aspectos como los efectos de la disciplina económica y el rol de los economistas, la manera en que conceptos de las ciencias sociales viajan más allá de la academia, o la capacidad de los dispositivos de éstas para operar sobre la sociedad que describen.

El libro está dividido en tres partes. En la primera, “La política de los economistas”, presentamos tres artículos que exploran desde una perspectiva histórica las relaciones entre la ciencia económica y la política en el Chile de las últimas décadas. El primero, de Verónica Montecinos y John Markoff, analiza históricamente la profesión del economista en América Latina y su creciente influencia y participación en la política. Uno de los aspectos destacados en el artículo es la creciente influencia de la economía en la definición y producción de políticas públicas y diseño de instituciones en América Latina. El segundo capítulo es una reedición del clásico trabajo de Patricio Silva sobre los economistas chilenos y su rol durante la dictadura y transición a la democracia. El autor examina el rol de los Chicago Boys durante los ochenta en el marco del proceso de tecnocratización de la toma de decisiones políticas, proceso que se mantuvo luego de la llegada de la democracia. La sección finaliza con una contribución de Manuel Gárate sobre los economistas y think tanks de los años ochenta y noventa en Chile. En línea con los trabajos de Silva y Montecinos Markoff, Gárate examina el ascenso creciente de los economistas y el discurso económico en la esfera pública y, a propósito de un análisis de los economistas de Cieplan, discute el creciente uso del lenguaje técnico-económico como una gramática para articular consensos.

La segunda parte, “Producción y usos del conocimiento social”, examina distintos tipos de usos y relaciones entre las ciencias sociales locales y el Chile reciente. A diferencia de la sección anterior, en la que se explora con mayor nitidez la relación entre CCSS y poder político, aquí se presentan otros mecanismos y caminos a partir de los cuales las CCSS han contribuido a definir las coordenadas de la sociedad chilena en las últimas décadas. Siguiendo con el análisis de las conexiones entre ciencias sociales y transición, el capítulo de Ariztía y Bernasconi examina el rol y centralidad de la “sociología pública” en el Chile de los noventa, particularmente en términos de la producción y circulación de relatos de cambio social. El artículo siguiente, de Christian Retamal, recaba algunas de las razones de la relativa intrascendencia de la filosofía durante las últimas décadas en términos de la producción de relatos colectivos y discursos públicos en Chile. A partir de un análisis genealógico de la disciplina, el autor analiza (y cuestiona) la estructura relativamente conservadora de esta y su relativa impermeabilidad al debate público. Enseguida, el trabajo de Pelfini explora los usos y desventuras de dos conceptos comúnmente utilizados por las ciencias sociales y los políticos latinoamericanos: populismo y elite. El autor detalla los múltiples viajes dentro y fuera de la academia de este par de expresiones, y se pregunta qué pasa con los conceptos cuando salen de la academia. Según reflexiona Pelfini, estos siguen operando, aunque existe un trade off en este proceso. La sección termina con un trabajo de Claudio Ramos sobre los efectos y usos de uno de los productos de la ciencia social local que más impacto y reconocimiento ha tenido en el último tiempo: los Informes de desarrollo humano del PNUD. Tomando como punto de partida la discusión conceptual sobre la performatividad en las CCSS, Ramos da cuenta las distintas formas en que este reporte contribuye a la creación de nuevas realidades, tanto a nivel de los medios de masas como de la política y la ciencia.

Finalmente, la tercera parte del libro, “Expertos frente al mundo”, examina críticamente distintos espacios de encuentro entre el conocimiento que producen las ciencias sociales, los actores que lo movilizan y diversos ámbitos de la sociedad. Concretamente, se presentan tres casos de estudio en los cuales se analiza cómo expertos y conocimientos de las ciencias sociales se vinculan a distintos aspectos de nuestra vida en común: la ciudad, la salud y la política. El primer trabajo de esta sección, de Manuel Tironi, revisa las tensiones y limitaciones del conocimiento experto vinculado a la planificación urbana. El autor muestra cómo distintos actores urbanos desafían y redefinen las distintas formas de conocimiento experto utilizados para cambiar la ciudad. El análisis de Tironi da cuenta de la complejidad y fragilidad de las intervenciones del conocimiento experto. Luego, el artículo de Ossandón examina el rol del conocimiento económico en la producción del mercado de las Isapres en Chile. Sobre la base de las sociologías de los mercados, el autor sondea tres conceptualizaciones teóricas distintas para la creación de las isapres durante los ochenta. A partir de estos antecedentes, revisa las formas en las cuales el conocimiento económico operó performativamente en la formación de ese mercado de la salud. El libro cierra con un artículo de Alfredo Joignant que analiza detenidamente el rol jugado por los technopols –actores que combinan el saber experto y el saber político– durante el primer gobierno de la Concertación. A partir de un detallado estudio de las minutas de este gobierno, el autor indaga cómo estos actores –desplegando conocimiento de la ciencia política, la sociología y la economía– cimientan y legitiman el gobierno político durante la transición, muchas veces a contrapelo de las expectativas de las bases y los militantes.

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Comments

  • Stefano Palestini  On October 18, 2012 at 5:24 pm

    Muy interesante publicación!, saludos!

  • tomasundurraga  On October 19, 2012 at 9:14 am

    Excelente contribucion Tomas y colaboradores. He tenido la oportunidad de leer varios capitulos y estan todos muy interesantes. Es un libro que pasara a la historia. Al menos ya esta en la British Library… 🙂

  • Juan Espinosa Cristia  On October 20, 2012 at 5:01 am

    muy bien!

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