Bachelet 2014: ¿un gabinete para cuestionar la naturalización de la economización?

En un reciente análisis sobre la composición de los gobiernos de la Concertación, Dávila, Olivares y Avendaño señalan que los economistas, en particular cuando titulares de PhD, son muy proclives a encontrarse en los “ministerios económicos”. Constatan al contrario que “el hecho de ser economista disminuye las posibilidades de ser titular en alguna cartera social o mixta” (Dávila, Olivares Lavados, & Avendaño, 2013). Más allá de esta observación, me ha llamado la atención la categoría misma de “ministerio económico” que ocupan los autores. En este post, desarrollo una reflexión sobre esta categoría como manifestación de un proceso de “economización” de la política que le subyace. Luego, y aprovechando la coyuntura electoral, la vinculo con una reflexión prospectiva sobre un futuro gabinete de Michelle Bachelet[1], interrogándo sobre una posible inflexión en el perfil de los titulares de estos cargos llamados económicos, en base a la composición del comando.

El punto fundamentalmente interesante – y discutible – en la relación establecida por estos autores está en la misma clasificación de los ministerios. ¿Cuáles son, según ellos, estos “ministerios económicos”? Por supuesto Hacienda  y Economía aparecen en primer lugar, pero también Trabajo, Energía, Medio-Ambiente, Obras Públicas y Transportes y Telecomunicaciones entran en la categoría. Al contrario, Salud, Educación, MIDEPLAN y Vivienda serían ministerios “sociales”. El restante son “políticos”. ¿Cuál es el criterio que sustenta estas categorías? ¿Existiría algún definidor universal respecto a estas materias? Consultado con uno de los autores, la clasificación que establecen descansa en las representaciones y discursos de los propios actores políticos, que suelen ocupar esta categoría. Lo interesante es entonces que nos dice esta misma categorización sobre las instituciones y los actores de la política formal respecto a la economía. Es posible vincular esta pregunta con el término de “economización”, “que se usa para denotar los procesos que constituyen ciertos comportamientos, organizaciones, instituciones y más generalmente los objetos en una particular sociedad que son calificados por la academia y el sentido común, provisoria y a menudo controversialmente,  como “económicos”[2] (Caliskan & Callon, 2009, p.370). Se trata por lo tanto de una definición no esencialista de lo económico.

En relación a estos ministerios, es patente que la categoría incorpora ámbitos que algunas décadas atrás hubiesen sido propios de la ingeniería, que dominaba todo lo relacionado con infraestructuras. Traduce entonces una naturalización de las transformaciones operadas en Chile durante los años 1980, si se consideran las reformas económicas de la dictadura como procesos de “economización” de gran envergadura, realizados según una modalidad que en este blog ha sido llamada “performatividad genérica”, para referirse al tipo de movilización del conocimiento económico. Treinta años después, estas transformaciones se han arraigado en el propio lenguaje de los políticos, que perciben estas materias como propias de los economistas.

Pensando en futuros gabinetes, es importante indicar primero de modo general que estos procesos no son definitivos ni irreversibles, sino que dependen de las movilizaciones de los actores sociales, tal como lo plantea el “doble movimiento” detectado (¿deseado?) por Polanyi (Polanyi, 2003). Entonces, ¿es esperable una evolución de las fronteras de estas categorías en un futuro próximo, como lo será el gabinete que se nombrará en marzo próximo?  Por cierto, las movilizaciones que han marcado el país desde el 2011 representan un cuestionamiento directo a una gestión “economizada” de áreas como la educación (con la reivindicación de una educación pública”) o la energía. ¿Serán recogidos en los nombramientos del gabinete, a punto de marcar una posible reversión de la naturalización?

No es el objetivo (ni sería el lugar adecuado para hacerlo) prever quiénes integrarán un futuro gabinete, pero sólo tomar notas de algunas tendencias al respecto, de modo de plantear algunas líneas para el análisis de la futura acción de la próxima mandataria. En este sentido, la composición del comando de Michelle Bachelet marca ciertas tendencias hacia la consolidación de estas categorías del entendimiento político que han recogido Dávila, Olivares y Avendaño. Partiendo de la base que Hacienda y Economía se mantendrán como un feudo de los economistas, parece más interesante mirar los encargados de las áreas de competencia de los ministerios llamados “económicos”. En Trabajo y Medio-Ambiente, los encargados son abogados (Juan Somavia) o ingenieros. Pero en las otras áreas, los asesores son todos economistas. Por ejemplo quien ha asumido vocerías en Energía es Eduardo Bitrán (ingeniero con PhD en economía) y Andrés Gómez-Lobo para Transportes. Para Telecomunicaciones y Obras Públicas, no hay encargado asignado, pero se nota la presencia de Eduardo Engel, especializado en el tema concesiones, y Aldo Gónzalez, dedicado a los temas de competencia en general, con especial énfasis en el sector telecomunicaciones. Mirado a partir de estos indicios, es de esperar una continuidad dentro de la percepción de estas materias, que ya había caracterizado el primero gobierno Bachelet.

Una última reflexión, más allá de la figura ministerial que se discute en el artículo que disparó esta reflexión. Pensando en la “economización” de un sector de política pública, focalizarse exclusivamente en el cargo de ministro es evidentemente insuficiente. Por ejemplo, sería difícil negar que las áreas de educación y salud, relacionadas por ministerios llamados “sociales”, no han sido también profundamente economizados. La diferencia reside en que por un lado las profesiones especializadas en estas materias han sabido por un lado resistir a la invasión de los economistas, y por el otro adaptarse. Pienso en particular en los médicos, quienes han podido mantener cierto liderazgo en su área de desempeño – a diferencia en este sentido de los ingenieros en las áreas anteriormente discutidas -, pero también se han adaptado, con el desarrollo y la difusión de la economía de la salud. Por lo tanto, es posible de esperar que la doctora Bachelet, quien se comprometió a una reforma educacional pensada como una respuesta al menos parcial a las reivindicaciones estudiantiles, impulse un movimiento de “des-economización” en materias para la cual el proceso mismo de transformación en objeto económico se ha mantenido más controvertido.

Antoine Maillet

Referencias

Caliskan, K., & Callon, M. (2009). Economization, part 1: shifting attention from the economy towards processes of economization. Economy and Society, 38(3), 369–398.

Dávila, M., Olivares Lavados, A., & Avendaño, O. (2013). Los gabinetes de la Concertación en Chile (1990-2010). América Latina Hoy, (64), 67–94.

Polanyi, K. (2003). La gran transformación: los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo (p. 399). México: Fondo de Cultura Económica.


[1] Parto de la premisa que la segunda vuelta del 15 de diciembre no nos asombrará con una sorpresiva victoria de Evelyn Matthei.

[2] “This term is used to denote the processes that constitute the behaviours, organizations, institutions and, more generally, the objects in a particular society which are tentatively and often controversially qualified, by scholars and/or lay people, as ‘economic’”. La traducción es del autor.

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Comments

  • joseossandon  On November 26, 2013 at 4:11 am

    Muy buena observación Antoine. Muy de acuerdo. Quizás uno puede distinguir entre “economización” en el sentido de hacer el mundo económico y el rango de la jurisdicción de la profesión de economista (siguiendo un poco al uso que hace Fourcade de la sociología de las profesiones de Abbott). A mi juicio tu historia acá tiene mucho de esto último en cuanto en Chile ya no se asume que los temas macro-económicos o de política económica son los únicos asuntos donde economistas tienen algo que decir, sino que también tema como transporte, energía, medio ambiente (y educación…). Una de las consecuencias secundarias de las reformas de los 80s es que las áreas privatizadas se han transformado en mercados y por lo tanto objetos de expertise de economistas. Así durante los gobiernos de la Concertación buena parte de las reformas “con equidad” fueron guiadas por economistas. Quizás ahora pase lo mismo e incluso reformas de des-marketización sean guiadas por economistas también! Lo último: sin duda uno puede leer lo que cuentas como un conflicto entre ingenieros y economistas. Lo que hace la historia algo más complicada es que los economistas y comerciales en Chile se llaman a sí mismos “ingenieros”. De hecho, especialmente vía “ingeniería industrial” parece haber un grado de permeabilidad entre las fronteras de ambas disciplinas. De hecho, gente como Mizala, Paredes trabajan en departamentos de ingeniería. Slds,

  • tomasundurraga  On November 26, 2013 at 9:14 pm

    Muy interesante comentario, Antoine. Me cuesta imaginar un proceso de des-economizacion de mercados guiado por economistas – como plantea Jose. Me parece mas viable que Bachelet lidere una humanizacion o socializacion de algunos mercados. Desarmarlos es muy dificil, establecer mejores regulaciones quizas es las aspiracion mas viable. Veremos que sucede. Saludos

  • joseossandon  On November 27, 2013 at 3:32 am

    A mi también me cuesta imaginarlo, el tema es que no hay mucho espacio para otros “expertos” o para pensar en áreas privatizadas de otra forma que no sea como mercados. El problema es que eso de hacer mejores regulaciones es lo que se viene haciendo por los últimos 20 tantos años y en general implica regular mercados en cuanto mercados (i.e. mejorar información o educar consumidores, estandarizar productos, generar licitaciones, modelar precios….). Lo que D. Breslau ha denominado como platonismo aplicado: comparar todo con un mercado ideal y a partir de eso evaluar y reformar. Quizás el tema de posible deseconomización pase por cambiar la forma de evaluar o diagnosticar lo que no funciona. Más slds.

  • antoinemaillet  On November 28, 2013 at 10:06 am

    Muchas gracias por los comentarios a esta pequeña intervención…
    Sí José, me parece interesante distinguir los dos fenómenos, que están relacionados, pero pueden ser distinguidos. A futuro, me interesa particularmente observar cómo los mercados creados durante los 80 y perfeccionados desde esta fecha están siendo /van a ser transformados por la irrupción de nuevos actores, en particular mediante movilizaciones (educación superior, energía). Plantea la pregunta de una des-economización en ambos planos.
    En este sentido, veo también difícil que economistas, salvo algunos heterodoxos cuya identidad profesional misma está cuestionada por los del mainstream, guíen procesos de des-mercadización. Se requieren nuevos actores, nuevas visiones y criterios… Por cierto es difícil, pero no imposible. Ahora sí, contrario a Tómas excluiría de estos cambios la palabra “regulación”, que me parece pertenece más bien al orden de los perfeccionamientos y profundizaciones, o sea, que se mantiene totalmente en el mismo paradigma.

  • joseossandon  On November 28, 2013 at 11:18 am

    Suena muy interesante tu futura línea de investigación Antoine, por supuesto, estaremos felices de oir más en el futuro. Para seguir con los términos de Callon sería algo así como si el framing de estos mercados será finalmente “civilizado” (abiertos a actores que no sean economistas vía protestas, controversias o el sistema judicial). Un asunto interesante y difícil de definir es que sería “des-mercadización”… Quizás depende de la forma que esto tome el posible rol que puedan tener los economistas (por ejemplo: para el caso de la educación, parece haber diferentes grados de acuerdo para temas diferentes como – elminar el lucro, eliminar la libre elección, eliminar las ues privadas, eliminar los fees…).Más slds.

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  • By Feliz 2014 | Estudios de la Economía on January 6, 2014 at 11:20 pm

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