Abriendo la caja negra de los Estudios del Management de la Innovación

[Este post muestra algunas ideas extraídas del trabajo teórico de mi tesis doctoral. Por razones de espacio, no incluyo acá material empírico, aunque espero presentar algo de esto en el futuro]

Como lo ha comentado Jan Fagerber en la introducción de un importante Handbook en que se presentan los estudios de la innovación (Fabergerg, et al., 2006) los estudios académicos acerca de la innovación –utilizando como base de análisis la ISI web of Knowledge- han crecido a tasas casi exponenciales desde mediados de los cincuenta hasta mediados de la década pasada.  Fagerber argumenta persuasivamente que los estudios de la innovación han sido desde siempre transdisciplinarios, y en ellos, el proceso de la innovación se ha erigido en sí como una ‘caja negra’. El trabajo que se esboza aquí (que es parte del capítulo II de mi tesis doctoral) busca abrir la caja negra de los estudios de la innovación, y en particular, comprender con mayor detalle cómo es que las organizaciones administran, enactan y organizan la innovación tecnológica. En ése sentido, se busca expandir la multidisciplinariedad con la que se ha estudiado el fenómeno de la innovación durante los últimos cuarenta años. El estudio se focaliza en la ‘innovación en la práctica’ es decir, toma en consideración los individuos, las empresas, las organizaciones y particularmente las relaciones entre dichas entidades (Fabergerg, et al., 2006: 4). Como algunos autores han demostrado, los proyectos de innovación tecnológica consisten en una miríada de acciones, negociaciones y decisiones de carácter micro, que se desarrollan en la práctica (Christiansen & Varnes, 2007). El fenómeno se observa cuando por ejemplo los gerentes y trabajadores de nuevas empresas organizan la red heterogénea de entidades que participan en un proyecto de innovación tecnológica dado. Esta es la ‘caja negra’ que requiere ser abierta y ser expuesta.

El encuentro de los estudios de la innovación tecnológica con los estudios organizacionales y de la gestión

Un buen lugar para comenzar el análisis es aventurar un análisis de uno de los más influyentes trabajos que mezcla los estudios de la innovación tecnológica y la gestión estratégica. El caso ejemplar de dichos estudios, se presentó unos 26 años atrás, cuando David Teece publicó su influyente artículo titulado: “Profiting from Technological Innovation” (Teece, 1986). Desde aquella publicación, el artículo ha recibido una atención permanente por parte de la literatura académica. De hecho, es uno de los artículos más citados en el campo de la gestión de la innovación. Tal como lo ha comentado Gary Pisano (2006) ese fue el primer trabajo que combinó los estudios de la innovación con la literatura de la gestión estratégica. Esta convergencia ha permitido la apertura de nuevas posibilidades para los estudios de la gestión y de las organizaciones, además de permitir nuevas avenidas para los estudios de la innovación, y los consecuentes trabajos interdisciplinarios entre dichos programas de investigación. El artículo de Teece, y la consecuente literatura que se escribe a partir de él, se localizan en el vértice de las líneas de trabajo que estudian la gestión y la innovación. Dicho artículo abre la discusión dentro de la literatura que abarca los procesos de innovación de las organizaciones y la literatura que ha estudiado la economía de la investigación y el desarrollo de innovaciones en industrias y mercados. Es por cierto uno de los más relevantes en términos de citaciones e impacto, localizándose dentro de los diez más citados en la literatura de la innovación (Fagerberg et al., 2012).

El artículo de Teece busca explicar el por qué aquellas firmas que realizan innovación tecnológica fallan en obtener retornos a partir de la misma. Más precisamente, la pregunta de Teece es: ¿Por qué un entrante segundo rápido o incluso un tercer entrante más lento obtienen mejores resultados que un innovador tecnológico? (Teece, 1986: 285). Por ejemplo, un ‘ganador’ para Teece es Apple Inc., dado que a pesar de que dicha empresa no desarrolló la tecnología ‘touch’ –o el mouse para aquellos lectores que se interesan en la historia de la tecnología de los computadores- dicho hecho  no frenó la posibilidad de que la empresa obtuviera una gran parte del ‘pastel’ que se generó a partir del cambio en la industria de artefactos electrónicos. Apple fue un mejor seguidor que quienes desarrollaron e introdujeron la innovación tecnológica.

Desafortunadamente, el artículo de Teece, no ofrece una cobertura amplia del concepto ‘innovación tecnológica’, de hecho el término aparece en el título del mismo y un par de veces más citado en el cuerpo del estudio. Es bastante fácil ver una cierta vaguedad en el uso de la palabra innovación, donde el fenómeno se ve más bien conectado con la comercialización de nuevos productos y procesos en el mercado más que con un cambio en la tecnología que la sustenta. Este punto, es en realidad un problema bastante típico de la literatura de innovación, donde el concepto mismo de innovación no es claramente definido (Conway & Steward, 2009). Siguiendo a Brown (1997:65) un concepto debe ser entendido como una ‘ocasión actual’ que emerge de la maquinaria y mecanismo donde el investigador, los elementos teóricos y cualquier otra entidad participante que participe en la creación del evento que es la emergencia del concepto en cuestión. Los conceptos se convierten entonces en ‘dispositivos de ordenamiento’ del tiempo y del espacio. La innovación tecnológica es un concepto que hace posible la coherencia entre una serie de elementos que conforman los estudios de la innovación, y que invoca la llegada de nuevos elementos, tales como las teorías organizacionales, de la estrategia competitiva, tal y como son presentados en el artículo de Teece. El escrito de Teece puede ser entendido como el agenciamiento entre teorías económicas de la innovación tecnológica y aquellas que representan los estudios del management y la estrategia competitiva.

No obstante, la aproximación de Teece al estudio de la gestión de la innovación tecnológica es relevante en la literatura, y genera un agencimiento potente, que se demuestra en el impacto que sus ideas presentan con posterioridad a la publicación del mismo. Ésta línea de trabajo no investiga los fundamentos de las ideas que elabora. Es por ello que una interesante tarea es preguntar, ¿qué es una innovación? Innovación viene de la acepción innovare, lo cual significa alterar o renovar. El concepto Innovare contiene la partícula in (la que puede significar no o, en una diferente acepción dentro de) y la partícula novare (renovar o renovación) la que proviene del latinismo novus –nuevo, fresco, joven- (Barnhart, 1988). Interesantemente, la etimología nos muestra una visión ‘desde adentro’ (partícula in) que conlleva el concepto innovare. Es Rene Girard (1990) quien ha comentado la importancia que trae el análisis de la palabra latina innovare y la significación relacionada con la ‘renovación’ y ‘rejuvenecimiento desde adentro’ que esta conlleva,  versus novedad – novus- acepción que se encuentra más cercana de lo externo y que se relaciona fuertemente con la idea de innovación que presenta el idioma Inglés y el Francés modernos.

La aproximación de Teece construye desde ejemplos de innovación basada en novedades tecnológicas y cambio tecnológico y dichos ejemplos provienen de una gran variedad de industrias. Teece opera sus ejemplos en un rango que va desde el consumo masivo, como son NutraSweet y RC Cola, pasando por la industria del aeroespacial con los F20 y los aviones Comet y arribando a la tecnología en los ejemplos sobre computadores personales y dispositivos electrónicos. Es decir, Teece se encuentra interesado en la acepción novus para el estudio de la innovación. Además, el autor clasifica la industria y los actores de la misma en una matriz 2X2 que muestra que a los ganadores y perdedores en el eje de las y contra los innovadores y los seguidores en el eje de las x. Es aquí interesante mostrar lo que recientemente ha dicho Neil Pollock (2011) sobre el uso de éste tipo de herramientas representacionales. El autor muestra en forma clara, como es que éste tipo de herramientas son activas en el mundo, es decir, no son sólo una representación de lo que sucede con los innovadores y sus seguidores. Como lo ha dicho con anterioridad Donald Mackenzie, podemos considerar ésta matriz 2X2 como una máquina que es ‘una fuerza activa en la transformación del medioambiente, no como una cámara que en forma pasiva se encuentra grabándolo’ (Mackenzie, 2006:12). El argumento es que la matriz entonces trabaja en un modo performativo con el lector de esta particular mixtura de estudios de la innovación, estrategia competitiva y estudios de la gestión y las organizaciones (MOS por sus siglas en inglés). Teece no se encuentra descubriendo el autor lo produce. Es por ello que abogamos por una matriz un tanto más compleja. Una matriz que ‘capture la fluidez y la ambigüedad del mundo social’ (Lightfoot, 2008: 371). Sólo entonces será posible generar una explicación más general del fenómeno de la gestión de la innovación tecnológica. Una matriz así, debería reflejar en forma cuidadosa, todos aquellos supuestos que provengan de la teoría y de las clasificaciones realizadas por el investigador. Una mirada más próxima de la aproximación de Teece, nos señalará que ésta forma de construir el mundo,  se basa en ciertos “ladrillos” teóricos[1]. La matriz utilizada, hace visible lo invisible y creativamente relaciona la teoría de la innovación con la literatura de la gestión estratégica. Pero al mismo tiempo, el autor produce un ‘Móvil inmutable’ (Latour, 1986) que puede ser trasladado por el grupo de lectores actuales y potenciales.

La taxonomía de Teece, implica una particular visión de la estrategia y de la innovación tecnológica. Como Bowker y Star (1999: 285) lo han comentado, las clasificaciones y las categorías son herramientas materiales y simbólicas. La comunidad rehace y remodela continuamente dichas herramientas. Las relaciones entre innovadores y seguidores-imitadores necesitan ser observadas como entidades que se encuentran en emergencia y por ende que pueden cambiar. Lo que requiere ser puesto en el centro del análisis es la pregunta sobre que son los imitadores y los innovadores. El análisis de la construcción de la matriz requiere de mirar la historia y el desarrollo de las categorías de la innovación y de las identidades del innovador y del imitador. Es así como el actual concepto de innovación presenta una clara connotación de novedad que surge de la creatividad humana (Godin, 2008). De hecho, Godin, en una suerte de estudio genealógico del concepto, enfatiza el hecho de que la innovación ha sido conectada históricamente con lo ‘artístico, científico, tecnológico, organizacional, cultural, social e individual’ (Godin, 2008: 43). Sin embargo, desde el siglo diez y nueve, el concepto de innovación ha llegado a ser definido en un par prácticamente inseparable de lo útil. Es decir, ha sido definido normalmente como ‘innovación útil’. Esto a partir de un continuo que va desde la imitación hasta la comercialización de la innovación. Es por ello, que la noción de innovación, ha llegado a ser percibido como un instrumento de crecimiento, siempre positivo y –al mismo tiempo- con su respectiva medida estrechamente relacionada con la innovación de la firma, tal como lo desarrolla el Manual de Oslo (Godin, 2008:45).

Viajando más atrás en la historia, Girard ha explicado cómo es que en los tiempos medievales, la palabra innovación, en su acepción latina, expresaba lo opuesto a ‘dogma’, donde dogma es entendido como aquella verdad incontrovertible. La innovación es entonces entendida, por parte de la iglesia católica, como una herejía. Aún más, en tiempos medievales, la ‘ortodoxia es continuidad inquebrantable y, por ello, es la ausencia de innovación’ (Girard, 1990:8). Más tarde, y gradualmente, sobre el siglo diez y nueve y el veinte, la representación de la innovación cambia completamente, llegando a convertirse en un objeto de apreciación y de a la moda (Godin, 2013).  Es más, tal como se ha comentado, desde la segunda mitad del siglo veinte, el análisis de textos muestra un particular  favor por aspectos positivos y la utilidad de la innovación. Sin embargo, aún en el tiempo de la Reforma, la innovación fue entendida además como una restauración de la primera Cristiandad. Esto es, el retorno al origen más que el desafío del dogma concebido por los Católicos (Girard, 1990). Como consecuencia, la genealogía del concepto de innovación se encuentra más conectada con restauración, la novedad –novare- requiere de ser contrabalanceada con el retorno al origen.

Es claro que algo del poder genealógico dogmático –o al menos la noción de restauración asociada al concepto- se encuentra en las fundaciones del marco desarrollado por Teece. Por ejemplo, la idea de casar la novedad y creación con el carácter distintivo racional presente en el discurso de los estudios de la administración.  Sin embargo, como algunos estudiosos de las organizaciones han establecido, el proceso organizacional y de la gestión puede ser opuesto a lo novel (Styhre, 2006). La mixtura que Teece se encuentra realizando entre la innovación tecnológica y las ideas de la gestión estratégica llevan a considerar el proceso organizacional de la innovación como algo que se puede ‘administrar’, en lugar de la idea Shumpeteriana de ‘destrucción creativa’, las organizaciones son tratadas como sedimentos de prácticas continuas y recurrentes.

Como ha argumentado el trabajo de Godin y Girard, la sociedad en general se ha vuelto intolerante a la tradición contenida en el concepto de innovación. Esta tradición, que muestra la relación entre innovación y renovación, se encuentra íntimamente ligada al comprender la innovación como imitación y repetición. La clasificación de Teece en las categorías de innovador tecnológico y seguidor-imitador se encuentra alineada con ésta tendencia. Lo interesante, es que si bien Teece vuelve a mirar la imitación como aspecto central del proceso de generación de  beneficios por parte de las empresas seguidoras, no lo lleva al lugar donde pertenece genealógicamente. La relación entre imitación, invención e innovación ha sido rota en los últimos cincuenta años y Teece, no cambia aquello. Siguiendo el análisis de Girard, podríamos entender incluso la competencia en los negocios como el ‘seguir en conjunto’ –cum y petere– es decir, imitación continua.

La novedad no es siempre posible, muchas veces, dados los escasos recursos, la estrategia es evidentemente de imitación se ajusta más a la necesidad de subsistencia que se encuentra en la base de todo negocio. Esta imitación repetida, puede perfectamente llevar a la firma a generar mejoras substanciales que no se encuentran sugeridas en la innovación original. Incluso, puede llevar a cambiar las cosas de la cabeza a los pies (Girard, 1990:14) como lo han demostrado muchas empresas Asiáticas desde los ochenta. Tal vez, los imitadores de Teece son innovadores. Tal vez las categorías de Teece son mucho menos claras de lo que él mismo ha pensado al realizar su modelo. El trabajo de Teece se basa en visualizar el éxito en el lado de la apropiación por sobre el beneficio de la torta que la industria otorga. En efecto, lo que el autor busca es explicar ‘cómo es que las firmas fallan sistemáticamente en obtener retornos significativos desde su innovación, y sin embargo, los clientes, imitadores y otros participantes de la industria se benefician de la misma’ (Teece, 1986: 285). El trabajo de Teece estrecha al límite un entendimiento capitalista de la innovación. El autor va incluso más allá de la difusión y la aceptación del mercado por parte de un nuevo producto, que se basa en nueva tecnología. El autor reduce el análisis a la obtención de utilidad desde la innovación tecnológica en la industria. Como consecuencia, su análisis abre posibilidades para la imitación y la repetición de la misma, en el sentido genealógico de una innovación que busca renovar y no sólo la novedad. Su análisis acepta la compleja relación entre novedad e imitación. Sin embargo, en forma paralela, el autor mueve el análisis hacia un espacio calculativo sobre la renta obtenible desde la innovación tecnológica en una matriz que simplifica al máximo la interacción entre los actores de la industria. Teece trata la innovación como parte de la maquinaria generadora de renta –el pago del capital- y no cuestiona el complejo escenario de la interacción entre imitación y novedad.

Como alternativa, se podría buscar un análisis meramente de la innovación, es decir, una aproximación donde no se olvide tan fácilmente aquella tradición que trae la genealogía expresada a partir de los aspectos relacionados con ‘in-novare’ conllevan respecto del actual concepto de innovación. Este modelo mimético de innovación podría llevar la investigación presente hacia un análisis ‘humilde’ de la innovación (Law, 1994). Es entonces, este hacer de las prácticas de la gestión de la innovación el que debe ser estudiado para abrir la ‘caja negra’ de los estudios de la gestión de la innovación tecnológica en las organizaciones. Esto es, desafiar la sólida construcción en que éstos se han transformado en nuestro tiempo. En una aproximación modesta al estudio de la innovación, es la interacción rizomática de los procesos organizacionales y más en general de las entidades que conforman la red de relaciones entre toda entidad que participa del evento que es la gestión de la innovación tecnológica.

[1] Para un análisis de éstos ladrillos teóricos se recomienda la lectura de la tesis (página 25-30) disponible aquí: http://ethos.bl.uk/OrderDetails.do?did=1&uin=uk.bl.ethos.599567 (alternativamente en: https://lra.le.ac.uk/handle/2381/28706)

Juan Espinosa

Referencias

Barnhart, R., 1988. Barnhart Dictionary of Etymology, H.W. Wilson Co.

Bowker, G. & Star, S.L., 1999. Sorting Things Out: Classification and Its Consequences (Inside Technology), The MIT Press.

Brown, S.D., 1997. In the wake of disaster: Stress, hysteria and the event. In K. Hetherington & R. Munro, eds. Ideas of difference: Social spaces and the labour of division. pp. 68–87. Christiansen & Varnes, 2007

Conway, S. & Steward, F., 2009. Managing and Shaping Innovation, Oxford University Press.

 Fagerberg, J., Mowery, D.C. & Nelson, R.R., 2006. The Oxford handbook of innovation,Oxford University Press, USA.

Fagerberg, J., Fosaas, M. & Sapprasert, K., 2012. Innovation: Exploring the knowledge base. Research policy, 41(7), pp.1132–1153. Gary Pisano (2006

Girard, R., 1990. Innovation and Repetition. Substance, 2/3(62/63), pp.7–20.

 Godin, B., 2008. Innovation: The History of a Category. Project on the Intellectual History of Innovation (No. 1). Working Paper. , (1). Available at: http://www.csiic.ca/PDF/IntellectualNo1.pdf.

Godin, B., 2013. The Unintended Consequences of Innovation Studies. In Policy Implications due to Unintended Consequences of Innovation”, Special Track at EU-SPRI. Madrid.

Latour, B., 1986. Visualization and cognition. Knowledge and society, 6, pp.1–40.

Law, J., 1994. Organizing Modernity, Oxford: Blackwell.

Lightfoot, G., 2008. Nothing beats a 2×2 matrix: a short commentary on George Ritzer’s Globalization of nothing. In Conference of Practical Criticism in the Managerial Social Sciences. Leicester.

MacKenzie, D., 2006. An engine, not a camera: How financial models shape

markets, MIT Press.

Pisano, G., 2006. Profiting from innovation and the intellectual property revolution.

Research Policy, 35, pp.1122–1130.

Pollock, N., 2011. Give Me a Two-by-Two Matrix and I Will Create the Market: The Socio-Materiality of Rankings. Available at SSRN 1928864. Available at: http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1928864 [Accessed April 8, 2013].

Styhre, A., 2006. Organization creativity and the empiricist image of novelty. Creativity and innovation Management, 15(2), pp.143–149.

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Comments

  • bloggerodenotadecampo  On May 14, 2014 at 9:54 pm

    Reblogged this on Notas de campos and commented:
    Esto está muy interesante.

  • joseossandon  On May 15, 2014 at 9:53 am

    Muchas gracias Juan, muy interesante y a la espera entonces de una futura entrega con parte de tu material empírico. Me quedé pensando en esto. Dices:

    “Siguiendo a Brown (1997:65) un concepto debe ser entendido como una ‘ocasión actual’ que emerge de la maquinaria y mecanismo donde el investigador, los elementos teóricos y cualquier otra entidad participante que participe en la creación del evento que es la emergencia del concepto en cuestión. Los conceptos se convierten entonces en ‘dispositivos de ordenamiento’ del tiempo y del espacio. La innovación tecnológica es un concepto que hace posible la coherencia entre una serie de elementos que conforman los estudios de la innovación, y que invoca la llegada de nuevos elementos, tales como las teorías organizacionales, de la estrategia competitiva, tal y como son presentados en el artículo de Teece. El escrito de Teece puede ser entendido como el agenciamiento entre teorías económicas de la innovación tecnológica y aquellas que representan los estudios del management y la estrategia competitiva”

    lo que te sitúa en una posición mucho más reflexiva respecto a la innovación que lo que uno esperaría tradicionalmente de la literatura de negocios o la prensa.

    Mi pregunta es si tu solución implica intentar dar con un concepto nuevo de innovación, quizás como lo hacen Akrich et al en ese famoso artículo (http://www.bruno-latour.fr/sites/default/files/downloads/88bis-MANAGEMENT-1.pdf), o si correspondería tratar la innovación como un concepto semántico o una práctica que es definida o valorada como tal por los actores a los que sigues.Slds, j

  • Juan Felipe Espinosa  On May 15, 2014 at 5:03 pm

    Hola José, el texto de Akrich y sus colegas, ha sido muy importante en mi trabajo. De hecho, el original de dicho texto del 2002, es: Akrich, M., Callon, M. & Latour, B. (1988) A Quoi Tient Le Succès des Innovations? 1. L’Art de
    l’Intéressement. Annales des Mines, Gérer et Comprendre, 11, 4–17- En dicho texto se realiza una definición de innovación tecnológica que se basa en la ANT original. Ellos, han propuesto una definición de innovación ampliada. Sin embargo, con un dejo “managerialista” como el que toda esa primera ANT conlleva.
    De hecho, el actual concepto de innovación se encuentra ya ‘mediado’ (en mi opinión) por ése trabajo seminal que la ‘Escuela de Paris’ (latour, Callon, Akrich y también John Law!) ha realizado sobre la innovación. Es entonces necesario abrir también la ‘caja negra’ que la propia ANT ha generado sobre el estudio y el proceso de innovación. En ése punto, nociones actuales de innovación abierta, por citar algunas, se encuentran más que relacionadas con dichas formulaciones de innovación basadas en un poder distribuido y en la forma simétrica de ver los actantes.

    Es por ello, que rechanzando como única forma posible la de la ANT, estoy entonces contigo en que la innovación es más bien una práctica que debe definirse en su uso, en cómo es entendida por los actores. El hecho de observar la máquina del concepto de innovación, debe llevarnos a mirar con más detalle cuáles son sus limitaciones para los procesos de las organizaciones de todo tipo. Es así que la deconstrucción y genealogía nos permitirían ver relaciones del concepto de innovación, con digamos, emprendimiento. Este par, que en el Chile actual se encuentra fuértemente ligados en los discursos públicos y privados, se puede comprender como la “‘ocasión actual’ que emerge de la maquinaria y mecanismo donde el investigador, los elementos teóricos y cualquier otra entidad participante que participe en la creación del evento que es la emergencia del concepto en cuestión”. A partir de ello, podemos repensar el concepto de innovación con otras posibilidades. Posibilidades que se abren a la forma en que los actores lo utilizan y también a la forma en que los actores ‘consumen’ las distinciones aceptadas socialmente respecto de la innovación.

    Es por ello que es menester pensar en que los actores que utilizan estas ‘máquinas’ conceptuales se encuentran también ‘conectándose’ con dichas categorías sociales (A la Deleuze y Guattari en su Anti-Oedipo). Es decir, debemos también pensar la posibilidad de un concepto de innovación como una categoría que entra en ´síntesis conectiva´ con el actor que e encuentra desarrollando la red heterogénea desde donde surge la innovación. Esto es lo que yo observo en los datos, cuando converso con los ingenieros que han desarrollado tecnología médica. Ingenieros a los que he llamado “Venture Engineers”. Aunque los ingenieros valore mucho los aspectos de la creatividad, el concepto de trabajo-emprendedor (Neff, 2012) ha permeado e inscrito en ellos la particular forma en que realizan la innovación, donde los aspectos relacionados con la comercialización y la obtención de fondos para seguir desarrollando cambian las formas en que ellos desarrollan su labor y su identidad como ingenieros.

    No sé si contesté la pregunta. Por cierto que lo que he dicho en éste post, es sólo una parte de mi trabajo. Espero postear más en el futuro!

    JFEC

  • joseossandon  On May 17, 2014 at 12:32 pm

    Gracias Juan, si respondiste la pregunta :-). Y creo que la forma en que has decidido relacionarte como investigador con la noción de ‘innovación’ sirve no solo como nota conceptual pero también metodológica. Como una guía sobre como aproximarse a la innovación- pero también a otras nociones, como mencionas, emprendimiento, o en mi trabajo, “inclusión financiera”- sin perder las tantas capas de discursos y prácticas que conectan. Una elegante estrategia post-representacional de investigación. Buen finde!

  • joseossandon  On May 23, 2014 at 7:44 am

    A todo esto, justo esta lemana leí esto http://www.parrhesiajournal.org/parrhesia07/parrhesia07_simondon1.pdf. Que pareciera como una aproximación ya más ontológica a la producción de lo nuevo. Considerando la influencia de Simondon en otra gente que mencionas. Alguna opinión de su trabajo y su potencial impacto en la comprensión de la “innovación” / “invención”? saludos,

    • Juan Felipe Espinosa  On May 23, 2014 at 2:09 pm

      Claro…pero eso da para otro post! El proceso de individuacion (concepto fundamental para Simondon) se encuentra íntimamente ligado con el de la producción de lo nuevo. Esa es una de mis actuales líneas de pensamiento/lectura/escritura. Pero aún no he desarrollado no los ejemplos, no la suficiente claridad conceptual para escribirlo.
      Puede ser para el siguiente post…

      • joseossandon  On May 23, 2014 at 8:04 pm

        Perfecto, para seguir conversando más adelante entonces. Yo por ahora intentando entender a que se refiere Simondon con transducción (se dirá así en castellano?). Más saludos,

  • Juan Felipe Espinosa  On May 23, 2014 at 8:53 pm

    Sí, creo que esa es la traducción.
    En todo caso, hay un paper que he leído hace tiempo sobre “transduction”
    “The Production of Informational Objects in Innovation Work: Pharmaceutical Reason and the Individuation of Illnesses” (http://www.ephemerajournal.org/contribution/production-informational-objects-innovation-work-pharmaceutical-reason-and)

  • Juan Felipe Espinosa-Cristia  On October 7, 2014 at 7:33 pm

    Hola José, se me había olvidado que el texto que estás leyendo de Simondon, ya se encuentra traducido al castellano. De hecho, lo puedes encontrar aqui: http://www.editorialcactus.com.ar/coediciones/simondon.html
    Yo lo estoy leyendo, sin embargo, no se hace menos difícil en castellano! 🙂

    • joseossandon  On October 8, 2014 at 6:46 am

      Gracias Juan, si tengo la Individuación y el Modo de Existencia de los Objetos tecnicos, ambos en castellano, y como dices (aunque no he podido darles el tiempo que quisiera), que estén en espanhol no los hace fácil!

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