[El miércoles 14 de enero, en la Universidad Diego Portales, fue presentado Divergencias: trayectorias del neoliberalismo en Argentina y Chile. Quisiera agradecer a los participantes de este blog, pues muchas de las discusiones, preguntas y literatura que transitan por este espacio fueron fuente de dialogo o material de estudio directo para la realización de este libro. Aprovecho de compartir las palabras que mencioné durante el lanzamiento.]
Buenas tardes. Muchas gracias por estar aquí. Me siento halagado por las generosas y provocadoras palabras de Kathya Araujo, Alfredo Joignant y Eugenio Tironi. Intentaré hacerme cargo de algunas sus comentarios.
Son muchas las personas que me ayudaron en esta investigación en Cambridge, Santiago, Buenos Aires y Londres, y que me gustaría agradecer, pero si me pusiera a nombrarlas a todas, no llegaríamos nunca al vino. Al final del libro están todos ellos nombrados. Quisiera agradecer a Ediciones Universidad Diego Portales por invitarme a publicar en su prestigiosa editorial. En particular, a Manuel Vicuña, Matías Rivas, Rafael López, Felipe Gana y todo el equipo que trabaja en la editorial. El libro quedó precioso, impecable. En segundo lugar, un especial reconocimiento a los editores de la Colección Estudios sociales de la empresa y los mercados, José Ossandón y Eugenio Tironi. La colección que José y Eugenio editan no solo invita a ampliar la caja de herramientas para discutir los fenómenos económicos desde las ciencias sociales, sino también a disputar el monopolio que los economistas suelen atribuirse sobre este campo. Espero que Divergencias sea el cuarto libro de una prolífera colección. Y tercero, un especial agradecimiento a mi mujer, Sasha Mudd, cuya compañía y rigor intelectual fueron una fuente de inspiración permanente durante estos años.
Las reflexiones y controversias sobre el capitalismo son tan antiguas como él mismo, pero desde la crisis financiera internacional que comenzó en 2008, sus críticas han tomado un inusitado vigor. Que El Capital en el Siglo XXI de Tomas Pikkety sea un super-ventas es un buen botón de muestra. Las reacciones de protesta contra los mercados desregulados y contra las desigualdades, han crecido en el norte y en el sur, y han revitalizado las preguntas sobre las formas que toma el capitalismo, sobre sus fuentes de legitimidad, y sobre su impacto en la vida de las personas.
Mi interés por las variedades de capitalismos, y por sus justificaciones, nació mucho antes de que me familiarizara con la vasta literatura sobre el tema. Cuando comencé esta investigación en 2007 me llamaba la atención cómo el relato triunfalista que la prensa y el empresariado pintaban sobre Chile era ciegamente optimista, e ignoraba las voces críticas y los problemas estructurales del país. Con frecuencia se decía que Chile experimentó una transición pacífica a la democracia, que las huelgas y conflictos laborales eran la excepción, y que un amplio acuerdo entre el sector privado y el gobierno le dio legitimidad a las reformas de mercado. También me sorprendía cómo un retrato igual de optimista voceado por el sector privado argentino en los años 90 se desplomó abruptamente de la noche a la mañana. Tras el colapso político y social de diciembre de 2001, el paso de 5 presidentes en dos semanas, el fin de la convertibilidad y la posterior ofensiva del Kirchnerismo desde 2003, el destino del capitalismo en estos dos países adquirió rumbos diferentes, haciendo de ellos un caso interesante para contrastar.
Que el título del libro sea Divergencias, no significa ignorar un sinnúmero de convergencias que hay entre los capitalismos de Argentina y Chile. En ambos países el Estado fue protagonista del desarrollo industrial a partir de los años 30; ambos países fueron sometidos a experimentos neoliberales durante las dictaduras de los 70 que anticiparon el Consenso de Washington. Con sus trayectorias particulares, ambos países adoptaron estrategias de desindustrialización y modelos exportadores basados en materias primas, que dieron forma a sus economías de mercados jerárquicos. Es decir, economías donde los grandes grupos locales y multinacionales dominan los negocios modernos, donde los empleadores tienen un control predominante sobre la contratación y la fijación de salarios, y donde la productividad del sector industrial es baja y la distribución del ingreso desigual. Si bien sabemos que América Latina es la región más desigual del mundo, esto no significa que el capitalismo funcione de manera similar en todos los países. Este libro explora justamente los diferentes legados del neoliberalismo, y presta especial atención a los repertorios empresariales en Argentina y en Chile. Como afirma Doreen Massey, los lenguajes de la economía y sus vocabularios de clientes, consumidores e interés propio moldean tanto las concepciones de nosotros mismos como nuestra relación con el mundo.
Que Chile aparezca en la cima de los rankings regionales que miden estabilidad económica, apertura comercial o reducción de pobreza, y que sea parte del club de países ricos de la OECD, sin duda afecta nuestros repertorios de evaluación. Sabemos que las condiciones materiales de los chilenos mejoraron en las últimas tres décadas, y que esas mejoras generaron entusiasmo con la modernización capitalista. Pero el mercado y las empresas no se sustentan sólo con mejoras materiales. Requieren a la vez tener justificaciones morales creíbles. Tras el ciclo de movilizaciones que se consagra desde 2011, la sociedad chilena parece estar despertando de un largo encandilamiento. Lo que hasta hace poco era aceptado en aras del crecimiento, hoy es escrutado con sospecha.
Los abusos sistemáticos recientes han dejado al descubierto que tras los discursos épicos del emprendimiento y de la gestión eficiente se esconden mecanismos bastante más básicos, como repactaciones inconsultas (La Polar), colusiones (farmacias y productores de pollos), tráfico de información privilegiada, etcétera. El escándalo Penta-UDI ha venido a confirmar lo que muchos sospechaban: el dominio de los grupos económicos sobre la política chilena, y como este capitalismo pro-empresas está capturado por, y al servicio de, un grupo de empresarios.
En esta investigación de sociología comparada encontré que los repertorios de evaluación sobre el capitalismo responden tanto a la capacidad y legitimidad de los empresarios para invertir en el campo de las ideas, como a las reacciones sociales, políticas y de los propios intelectuales frente a las desigualdades de los mercados. Mi actual línea de investigación apunta a otro nodo del circuito de las ideas: estudiar la prensa como espacio de producción de conocimiento. Mi foco esta vez son etnografías de los periódicos de Rio y Sao Paulo, a fin de entender cómo periodistas, expertos e intelectuales circulan y sedimentan conocimiento económico en la esfera pública de Brasil. Espero presentar los resultados de ese trabajo en esta casa de estudios en un futuro cercano, y quien sabe, quizás en otro libro de esta colección. Muchas gracias!
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