[Un amigo me preguntó el otro día si conocía de literatura que haya problematizado la categoría de “experimento” como concepto para describir las reformas económicas y sociales de los Chicago Boys en Chile. Su pregunta me acordó de que alguna vez intenté escribir algo sobre esto que quedó ahí pérdido. Buceé en mi correo y encontré esto del 2007(!). Como el tema es todavía relevante, decidí compartirlo. Eso sí, críticas por favor dirigirlas a mi versión pre-30s]
¿Fue Chile un experimento?
Las reformas económicas y sociales aplicadas en Chile entre la segunda mitad de los setenta y la primera mitad de los ochenta son muchas veces referidas como un experimento. ¿Qué tipo de experimento fueron?
Definir un hecho como experimental puede tener diferentes sentidos. Por ejemplo, en el diccionario online de la Real Academia de la Lengua (RAE): experimental es (1) algo “fundado en la experiencia, o que se sabe o alcanza por ella” // (2) “que sirve de experimento, con vistas a posibles perfeccionamientos, aplicaciones y difusión // y (3) “que tiende a la búsqueda de nuevas formas estéticas y de técnicas expresivas innovadoras”. Las reformas económicas y sociales chilenas cumplen con las dos primeras acepciones: fueron la aplicación práctica de un conjunto de conocimientos teóricos, constituyéndose en un proceso de aprendizaje; al mismo tiempo, el caso chileno, “el milagro chileno” para algunos (lo que por cierto abre la discusión sobre el uso de otro tipo de metáforas), se constituye en un ejemplo, “un caso experimental”, que puede ser replicado (y cuya replicación, por lo demás, se ha transformado en un muy buen negocio para quienes originalmente lo desarrollaron). Que las reformas económicas se orientaran a la búsqueda de nuevas formas estéticas es menos claro, aunque sin duda aportaron a la creación de “técnicas expresivas innovadoras”, tales como nuevos métodos, términos e instituciones, y, por sobre todo, la invención de la figura del economista como experto a cargo de políticas sociales.