“Puerta giratoria”, elite económica y reformas estructurales en la Argentina de los años noventa

En el marco de las X Jornadas de Estudios Sociales de la Economía (del 9 al 13 de noviembre de 2015 en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires), estaremos presentando con Ana Castellani el trabajo denominado “La puerta giratoria: circulación público-privada de la elite económica argentina de los años noventa”. En el mismo, analizamos la relación entre los cargos públicos ocupados por diferentes representantes del campo empresario local (los presidentes de las más importantes empresas y asociaciones empresarias del país), y el conjunto de reformas estructurales llevadas a cabo en la Argentina entre 1989 y 2001. A continuación presentamos algunos hallazgos y conclusiones del trabajo.

El punto de partida de este estudio fue la exhaustiva base de datos sobre las elites argentinas reconstruida en el marco de un proyecto con financiamiento Conicet y sede en la Universidad Nacional de San Martín, que ya lleva más de cinco años de desarrollo. La misma contiene información pública (recolectada a partir de fuentes secundarias tales como revistas, diarios y bibliografía especializada) sobre las trayectorias de vida de más de 120 dirigentes empresarios. Para la realización de este trabajo consideramos, en particular, las trayectorias de aquellos individuos que ocuparon, por al menos un año, la presidencia de alguna empresa, grupo económico o asociación empresaria entre 1989 y 2001 y que, además, hayan ocupado un cargo público en algún momento de su carrera. En términos agregados, casi un tercio (30%) de los miembros de la elite económica tuvo algún tipo de participación destacada dentro del sector público a lo largo de su vida y, en la mayoría de los casos, lo hicieron en más de una oportunidad (en promedio, se registraron 1,92 cargos públicos por individuo).

En concreto, para establecer la relación entre la circulación público-privada de la elite económica (fenómeno conocido en la literatura especializada como “puerta giratoria”) y las reformas estructurales de los años noventa, dividimos el análisis en dos ejes principales: el examen de los perfiles individuales de aquellos que ocuparon algún cargo público a lo largo de su trayectoria; y el análisis de esos mismos cargos públicos. En relación al primero de estos puntos, consideramos que el análisis de la trayectoria recorrida permitiría establecer con mayor precisión los intereses que se erigen detrás de la circulación público-privada. Ello marca una diferencia sustancial con una parte importante de la literatura internacional destinada al análisis de la “puerta giratoria” (Gormley, 1979; Cohen, 1986; entre otros). La mayoría de estos trabajos postulan conclusiones de carácter deductivo o especulativo sobre las preferencias e intereses de los funcionarios públicos. En otras palabras, son variaciones más o menos sofisticadas del popular aforismo que postula que la visión de los individuos está determinada por el cargo que ocupan (“where you stand depends on where you sit”). El abordaje propuesto en este caso amplía este marco de referencia: la visión de los individuos depende tanto del cargo que ocupan en la actualidad, como de los que ocuparon previamente y ocuparán en el futuro (Schneider, 1993). Desde esta perspectiva, conocer la carrera de quienes desempeñaron cargos públicos resulta un paso fundamental para el análisis de sus intereses y preferencias. Sobre este punto, podemos mencionar los siguientes hallazgos:

  • Los miembros de la elite económica que ocuparon cargos públicos a lo largo de su trayectoria fueron predominantemente nativos y presentaron fuertes vinculaciones locales. En otras palabras, además de las conexiones específicas que entablaron con el Estado, exhibían una intensa circulación por importantes organizaciones privadas del campo empresario local, y cursaron su formación en instituciones educativas locales.
  • Al momento del acceso al cargo público, la mayoría ya contaba con una carrera profesional en el ámbito privado fuertemente consolidada en posiciones de altísima jerarquía. En este sentido, el cargo público no implicó ni un ascenso en términos profesionales, ni un “trampolín” hacia cargos privados de mayor relevancia.

En concreto, el análisis empírico de los perfiles individuales permite afirmar que no existen indicios para suponer el desarrollo de intereses o preferencias de tipo “estatistas” en la elite económica de los años noventa. Por el contrario, se observa en la mayoría de los casos una vida dedicada a la gestión y la defensa de los intereses privados de importantes organizaciones del campo económico y, en este sentido, el paso por el Estado es meramente coyuntural. Si bien ello no habilita a postular conclusiones en relación al desempeño en la gestión de los cargos públicos, resulta un paso fundamental para el análisis de las “lealtades” y orientaciones que exhibieron algunos funcionarios en los contextos estudiados.

En cuanto al segundo de los ejes mencionados (el perfil de los cargos públicos ocupados), se observa que:

  • En la mayoría de los casos, los cargos públicos fueron desempeñados en áreas de gestión directamente vinculadas a los negocios de las empresas privadas o asociaciones empresarias que presidieron con anterioridad o posterioridad a ocupar dicha posición. El ejemplo más representativo de ello es la participación de un importante conjunto de presidentes de empresas privatizadas en agencias estatales relacionadas al propio proceso de las privatizaciones (el Ministerio de Economía y Obras Públicas, el Comité de Privatizaciones, la Dirección de Empresas Públicas, etc.)
  • La mayor parte de los individuos que ocuparon cargos públicos durante los años noventa se desempeñó en funciones estrechamente vinculadas a las reformas estructurales del período, en particular dentro de las áreas asociadas al diseño y ejecución de políticas económicas, o el control del sistema financiero local. Esto marca un fuerte contraste con la elite económica del período previo, la cual se vio mucho menos involucrada en la administración pública de su tiempo que la elite de los años noventa.

A la luz de estos hallazgos podemos confirmar aquello que Ostiguy (1990) ya había advertido a fines de los años ochenta como una marcada tendencia hacia una mayor incidencia del “poder económico” en el control del Estado. A lo largo del período comprendido entre los años 1989 y 2001, la estrategia oficial fue delegar en manos de la elite económica las decisiones más importantes en materia económica y financiera, reduciendo la democracia en tanto régimen político a un mero sistema de reglas y procedimientos propio del mundo de los negocios.

Alejandro Dulitzki (con Ana Castellani)

Referencias

Cohen, Jeffrey. 1986. “The Dynamics of the ‘Revolving Door’ on the FCC”. American Journal of Political Science, Vol. 30, N°4, pp. 689-708.

Gormley, William.1979. “A test of the revolving door hypothesis on the FCC”.

Ostiguy, Pierre. 1990. Los Capitanes de la Industria. Buenos Aires: Legasa

Schneider, Ben Ross. 1993. “The Career Connection: A Comparative Analysis of Bureaucratic Preferences and Insulation”. En Comparative Politics, Vol. 25, N°3, pp.331-350.

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